Segunda noche de la temporada en que Wembley recibía al Tottenham Hotspur y a la UEFA Champions League, esta vez el rival era el buen equipo del Bayer Leverkusen.
El visitante intentaba
encontrar su primera victoria del torneo y los locales intentaban romper la
racha de 5 partidos sin ganar que los precedía.
Hablando de los equipos y
sus alineaciones, la del local venía muy mermada a partir de las bajas de su
goleador Harry Kane además de Erik Lamela y Toby Alderweireld, quienes son
titulares indiscutidos; por otro lado, la visita se presentó en Inglaterra con
las bajas de Lars Bender y Karim Bellarabi. En cuanto a las novedades, el local
exhibía como titular a su contratación más importante Moussa Sissoko y el
visitante, al menos en el papel, presentaría un novedoso 4-4-2 con Mehmedi acompañando a Chicharito
Hernández, lo cual no pasó más allá del papel inicial.
Ya en su desarrollo, el
partido comenzó con un equipo visitante que sorprendió con su trabajo de presionar
muy arriba al Tottenham lo cual sumado al afán de salir jugando desde el fondo
y haciendo participar permanentemente al arquero Lloris hizo que el Leverkusen
tuviera entre las cuerdas a su rival actuando con mucho nerviosismo e
imprecisión en defensa pero sin llegadas directas.
Al momento en que esa
presión comenzó a decaer llegó el equilibrio en el juego y el Tottenham
comenzaba a intentar mostrar algo de su juego, sin mucha precisión ni fluidez
siendo la impericia en los pases de ambos equipos la tónica del primer lapso. La lesión de Dembelé en el minuto 30 generó el
ingreso del holandés Janssen, quien tomó el lugar del coreano Son como piloto de
ataque y posicionó al mencionado asiático como extremo por izquierda y al danés
Christian Eriksen en el eje del doble volante central.
Cerca del final de la
primera etapa llegó la primera y más clara oportunidad de gol para el equipo visitante, a
partir de un error garrafal del lateral Kyle Walker quien perdió una pelota a
la entrada del área, que quedó servida para Chicharito Hernández quien remató al
arco y envió su disparo al córner gracias al oportuno cruce de Jan Vertonghen.
Al inicio del segundo tiempo
fue el mismo Eriksen quien siguió generando las llegadas del local, a partir de
disparos de media distancia, haciendo muy sorprendente su salida de la cancha a 25 minutos
del final.
Cerca del minuto 62 llegó la
oportunidad que estuvo más cerca de batir al portero Leno, cuando Walker arremetió
desde media cancha eludiendo rivales, entrando al área y mandando su tiro a
rozar el palo derecho.
El Tottenham comenzaba a
mostrar indicios de cambiar su actitud y buscar el triunfo, sin embargo el
posicionamiento táctico del Leverkusen dejando extremos rápidos para el contra
ataque además del trabajo de Chicharito Hernández y la imprecisión de jugadores
como Dele Allí y Moussa Sissoko continuaron llevando el partido en un ritmo muy
escaso y de poca fluidez.
En ese ritmo no es raro que
el gol que rompiera el hielo llegara a partir de un tiro desviado que rebota
dos veces en piernas londinenses antes de caer en pies de Kampl quien definió
de manera perfecta a la derecha de Lloris en el minuto 65.
Las entradas de Winks y Nkodou no lograron generar el efecto deseado
por el técnico Pochettino. Solamente el tiro libre de
Eric Dier cerca del minuto 80 logró romper la monotonía en que se desenvolvió
el encuentro a partir del gol visitante, el Tottenham no tuvo la capacidad de
profundizar el movimiento de pelota que logro tener por momentos del segundo
tiempo y vio como la segunda derrota como local se hacía realidad en esta UEFA
Champions League.
En resumidas cuentas nos
enfrentamos ante un partido que prometía mucho más de lo que entrego, que no
demostró nunca un nivel propio de los jugadores presentes en la cancha y que se
desarrolló en un ritmo muy pobre.
El grupo y la clasificación
para los londinenses se pusieron muy cuesta arriba, en cambio para los alemanes
quedó muy a la mano. La siguiente fecha será
decisiva, mientras los del Bayer Leverkusen enfrentaran al CSKA Moscú, que
posee casi nulas opciones de clasificar, los hombres de Mauricio Pochettino
deberán trasladarse a Francia y enfrentar el sorprendemente sólido equipo del
principado de Mónaco.